La historia de esta familia es la historia de Joseph Bonanno, nacido en 1905 en Castellammare del Golfo, norte de Sicilia. Arribó ilegalmente a Estados Unidos a los 19 años y asumió en 1931 el control del clan de los Maranzano, tras lo cual le dio a la nueva "familia" su propio apellido. Bonanno, a quien se lo apodó Joe Bananas, fue, desde el comienzo, de los protagonistas más destacados de la "familia" neoyorquina y del resto del país.
Junto a los jefes de las otras cuatro poderosas familias de la Gran Manzana (Genovese, Lucchese, Gambino y Colombo), Bonanno era un miembro influyente de la "Comisión", el consejo de la Cosa Nostra que distribuía las jurisdicciones.
En los años 50 y 60, prosperó invirtiendo en actividades legítimas: granjas, queserías y operaciones inmobiliarias en Nueva York y Arizona. Tenía dos debilidades: la pasión por las piedras preciosas (rubíes y zafiros) y los cigarros más costosos.
A mediados de los 60, Bonanno se convirtió en el jefe de la Comisión, pero una jugada equivocada le hizo perder todo: trató de hacer asesinar a sus rivales Thomas Lucchese y Carlo Gambino para reforzar su posición en la Cosa Nostra. Al enterarse de que su plan había sido descubierto, decidió desaparecer simulando un secuestro. Bonanno reapareció dos años más tarde, luego de negociar con las familias rivales un acuerdo: su exilio en Arizona a cambio de la garantía de que nunca sería asesinado.
Joe Bonanno
Bonanno fue uno de los creadores de la temible Cosa Nostra en Estados
Unidos. En la cúspide de su influencia, (Joe el Loco), dirigía una de las cinco
familias originales de la Cosa Nostra en Nueva York. Fue arrestado en varias
oportunidades, pero jamás condenado por sus actividades, aunque pasó más de un
año en prisión en los ochenta por obstaculizar la justicia y desacato a un
magistrado, al negarse a declarar en un juicio al crimen organizado en Nueva
York.
Bonanno nació en 1905 en Castellammare del Golfo, en Sicilia, Italia,
y emigró clandestinamente vía Cuba a Estados Unidos en 1931.
En Nueva York
dirigió con mano dura durante 30 años el clan que lleva su nombre. Aunque
confesó haber realizado actividades ilícitas, siempre negó haber estado
implicado en la prostitución o el tráfico de drogas.
Contrariamente a otros
jefes del crimen organizado, Bonanno prefería actuar con discreción. Sus
debilidades más notorias eran los anillos de diamantes y los cigarros de lujo,
señala este domingo The New York Times en su biografía.
En 1964, citado a
declarar ante un tribunal de Nueva York, desapareció durante 19 meses luego de
haber sido secuestrado, según él. Las autoridades sospecharon que se trató de un
golpe montado para protegerlo de otro clan mafioso.
Bonanno, quien también
hizo fortuna con inversiones en los sectores textil e inmobiliario, cayó en
desgracia a fines de la década de los sesenta, aparentemente luego de haber
preparado el asesinato de un jefe rival, tras una guerra fratricida entre
mafiosos.
Las raíces de la familia Bonanno se remontan a 1931, cuando Joseph
C. Bonnano fue nombrado capo de una de las cinco familias de la mafia.
Bonnano se mantuvo en su cargo durante los años treinta hasta que fue
obligado a retirarse en 1966, luego de una lucha de poder con otros capos. Esto
originó una serie de guerras internas.
Pero la mayor crisis de los Bonnano
nació por una famosa investigación encubierta. Un agente de la FBI, Joseph
Pistone, fue aceptado en la familia bajo el nombre falso de Donnie Brasco. El
agente terminó su trabajo en 1981, que dio lugar a docenas de procesos. Informes
de inteligencia de la FBI y la policía afirman que las otras familias grandes de
la mafia se alarmaron por la infiltración del FBI.
Hasta mediados de los
noventa las otras familias prohibían toda colaboración criminal con miembros de
los Bonanno. La familia fue expulsada incluso de la Comisión, una suerte de
directorio dentro de la mafia de Nueva York, que se dedica a resolver las
disputas entre familias y a fijar estrategias. Esto se mantuvo hasta que
Massino, tras purgar una condena por fraude y extorsión, salió de la cárcel y
decidió organizar a la fJoseph amilia de un modo más discreto.
El último de los
grandes padrinos fundadores de la mafia neoyorquina, Joseph Bonanno, falleció de
un ataque cardiaco en Tucson, Arizona, a la edad de 97 años.
Bonnano, de
vuelta al ataque.
A principios de la década pasada el FBI decidió dejar
de investigarlos, amparados en la indiferencia de las autoridades volvieron al
ruedo, mas cautelosos. Hoy es el segundo grupo más poderoso de Nueva
York.
Hace menos de una década, la familia mafiosa Bonanno se acercaba a
pasos agigantados hacia su desaparición. Minada por mortales rivalidades y por
investigaciones federales, tra haber sido una de las organizaciones más temidas
de los Estados Unidos, era evitada por las otras familias mafiosas de Nueva
York, que la veían como un socio poco confiable.
El poder y jerarquia de los
Bonanno decayó tanto hacia fines de los 80 y principio de los 90 que la Oficina
Federal de Investigaciones (FBI) disolvió a una cuadrilla cuya única tarea había
sido la de seguir de cerca a los líderes y operaciones mafiosa de la familia.
Pero ayudada justamente por esta indiferencia, la mafia de los Bonanno resucitó
hasta convertirse hoy en uno de los grupos mafiosos de la zona de Nueva York más
poderosos y peligrosos, ségun afirman los expertos en crimen organizado, quienes
atribuyen esta recuperación a Joseph Massino. El, aseguran, asumió el control de
la familia en 1993, luego de pasar algún tiempo en la cárcel por fraude y
extorsión.
Joe Massino aprendió de los errores de otros capos que despertaron
imprudentemente la atención de Schiliro, quien se retiró como subdirector del
FBI a cargo de la oficina de Nueva York. "El es el líder indicutido de la
famila, un tipo de perfil bajo que evita el candelero y ha devuelto la
disciplina y el oerden". "no creo que exista nada que pueda llamarce mafia. Un
grupo de italianos sale a comer y dicen que es la mafia", dijo Massino de 57
años, en una entrevista telefónica. El apodo de Massino es "la oreja". Dennis
Hawkins, jrfe de investigaciones de la oficina fiscal de Brooklyn, reveló que
los detectives que ese apodo tiene que ver con la habilidad de Massino para
detectar posiblis peligros. Ese seria uno de los secretos del resurgimiento de
los Bonnano.
Los investigadores describen a Massimo como un mago de la
electrónica, afecto a modernos dispositivos de escucha, como utilizados por
agentes para espiar a figuras de la mafia. Basándose en escuchas electronicas e
informantes de la mafia, investigadores federales y estaduales aseguran que si
bien la familia Genovese sigue siendo la organización mafiosa más grande y
peligrosa del país, los Bonanno reemplazaron a la familia Gambino como segundo
grupo mafioso más poderoso de Nueva York.
Massimo un hombre de robusta
talla, vive con su esposa Josephine en una modesta vivienda de Howard Beach, en
Queens. A una cuadra, aproximadamente, de donde vivía su gran amigo John Gotti,
capo de la familia Gambino, antes de ser condenado a cadena perpetua en 1992.
Los investigadores sostienen que a Massino se lo puede encontrar muchas veces en
King Cateres, una compañía ubicada en el 60 de la calle Smith, en Long Island,
que provee de sanwiches a los vendedores ambulantes, y en el restaurante
Casablanca del 62-15th Lane en Maspeth, barrio de Queens. Los investigadores
sospechan que estos lugares son sus principales lugares de encuentro. Al ser
consultado telefónicamente en King Cateres, Massino dijo que él era un
empresario legítimo, que trabaja como asesor de esa companía y, en su tiempo
libre, como administrador de propiedades incluido el edificio de Casablanca.
"Estuve en la calle durante siete años y en libertad condicional durante cinco",
dijo."Si hice algo, ¿no tendrian que haberme arrestado ya?".
Los
investigadores dicen que Massino trató de alejarce de toda posible acusación
reuniendoce con unos pocos capos que trasladan sus órdenes y estudiando
cuidadosamente a los miembros nuevos. Bajo su conducción, ningun desertor lo
implicó en algún crimen, aún cuando algunos renegados ofrecieron testimonios
cruciales para la condena de líderes e integrantes de otras familias, como la de
los Gambino, Colombo y Lucchese. Mientras el poder de otras familias de la mafia
menguó hacia fines de los 90, Massimo aumentó las filas entre la de Bonanno, de
80 a 110, según los investigadores.
En el FBI sostienen que Salvatore Vitale
(52), de Dix Hills, Nueva York, cuñado de Massino, es el subjefe de la familia y
su confidente más estrecho. Antony Spero (719 y residente de Brooklyn, quien
para las autoridades policiales es el "consigliere" (consejero) de Bonanno
-tercer líder en jerarquía- enfrenta cargos por fraude y homicidio. De todos
modos, los funcionarios creen que Spero ya tiene un remplazante. Daniel
Castleman, que está a cargo de investigaciones sobre el crimen organizado para
la fiscalía de Manhattan, comentó que los Bonanno son muy poderosos en estos
momentos. "Es la única familia con un liderazgo indiscutido y sin luchas
internas graves", aseguró.
Los gangsters de Bonanno son desde hace tiempo
los principales traficantes de narcóticos, según las autoridades. Uno de los
grupos está compuesto básicamente por miembros sicilianos, conocidos como los
"Zips". Este grupo mantendría estrechas relaciones con clanes de la mafia en su
tierra natal y manejaría buena parte de los negocios de heroína de la familia.
Pero según afirman las autoridades policiales, el mayor botín proviene de las
apuestas ilegales en el deporte y la lotería y del manejo de préstamos usureros
en Brooklyn y Queens, donde están centradas la mayoría de sus operaciones. Se
calcula que el juego y la usura dejan a la familia más de 20 millones de dólares
por año.